Volvemos a la carga con otro de los elementos más fotografiado: los girasoles. En realidad, nuestro primer plan era ir al castillo de Zorita de los Canes y la Recópolis, ya que estando tan avanzado el verano creíamos que las flores del sol no iban a estar en su máximo esplendor.
Casualidades de la vida, en nuestro camino hacia el castillo, nos topamos con un campo cerca de Loranca de Tajuña. Aparcamos como pudimos y ya el resto os lo podéis imaginar.







Continuamos nuestro viaje hacia nuestro destino. Solo nos iba a dar tiempo a inmortalizar el castillo, por lo que decidimos dejar la Recópolis para otra ocasión. El castillo está muy bien conservado y fue pieza clave debido a su punto estratégico. Como fortaleza defensiva dominó el territorio alcarreño durante dos interesantes etapas históricas que marcaron el Medievo en la Península Ibérica: la islámica y la cristiana. Nunca fue conquistada ni por asalto ni por asedio, que cambió de manos siempre mediante pactos.




Dejando la historia a un lado, el castillo está en proceso de reformas por dentro. La prueba está en la maquinaria que había por allí. No nos pudimos contener y nos sacamos unas cuantas fotos dando fe de lo payasos que somos.
Para finalizar, fiel a nuestras salidas, una cervecita en un bar del pueblo a orillas del Tajo. ¡Hasta la próxima, lectores!